Experiencia mística y racional de Un Dios
Hay una experiencia extensa entre los humanos que forma la noción que llamaré de Un Dios, como sentido y unificador de toda la realidad.
La forma más común de esta experiencia es la mística o percepción interior, cuyos rasgos comunes sobrepasan las diferencias de definición al situarse en lo indecible.
La experiencia mística viene a menudo acompañada por manifestaciones físicas que parecen señalar la entrada a otro plano de la realidad y suelen expresarse en una primera persona del singular transcendente que niega la primera persona del singular habitual.
Una varinte de la experiencia mística es la profética, que se da cuando alguien pasa de la contemplación y el ejemplo pasivo a la predicación con el riesgo cierto de decir lo indecible, deformándolo.
En esta variante se halla Un Dios en tercera persona del singular, aunque se puede llegar a verlo en segunda persona, pero siempre objetivándolo, cosificándolo entre las realidades exteriores a la interior, lo que es un fuerte error.
Hay una forma de experiencia minoritaria que consiste en el acceso racional a Un Dios, en términos críticos que presuponen una visión exterior y por tanto expresada en tercera persona del singular, aunque la intensidad del sentimiento de unidad puede llegar a expresarse en segunda y primera persona del singular, como creo que pasa en el proceso histórico que va de Platón y Aristóteles a Plotino y Agustín.
Queda el hecho de que la extensa experiencia de Un Dios no es general, por lo que también se producen experiencias conceptuales de dioses y de no-dios, que se pueden discutir mediante el análisis de la experiencia y el puramente lógico-crítico.
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