Filosofía, ciencia, arte y religión
Recordaré que cada ser humano tiene dos formas de conocimiento: la razón y la intuición.
La razón consigue una forma de conocimiento gradual y objetiva. Es un esfuerzo en el que el sujeto tiene una función activa y puede cansarse. El proceso del razonamiento y sus resultados se pueden comunicar totalmente porque el oyente puede reconstruir por sí mismo todo el proceso razonador.
La intuición o sentimiento es una forma de conocimiento subjetiva. No requiere ningún esfuerzo, sino que llega sola y ya formada, a un sujeto que tiene una función pasiva. Su contenido no se puede comunicar directamente, sólo aludir a él, esperando que la alusión suscite en el oyente sentimientos análogos, que pueden también no producirse.
El razonamiento es extremadamente útil; en él se funda la ciencia y su aplicación técnica.
La intuición o sentimiento no sirve para nada, pero no podríamos pasar sin él. Es el fundamento del amor y del arte.
La Ciencia es el resultado de la razón en proceso.
El Arte es la comunicación de las intuiciones.
La Filosofía pretende ser un conocimiento universal. Por tanto, tiene que integrar la razón y la intuición.
Si la Filosofía se definiera sólo por la razón, tocaría sólo una parte de la realidad, la accesible a la razón y descendería un escalón en su estatuto, convirtiéndose todo lo más en una ciencia de la ciencia.
Por tanto, la Filosofía debe asumir como datos también las formas de la intuición. La verdad intuitiva puede convertirse en el centro de la vida personal frente a una razón periférica.
Por otra parte, las verdades intuitivas son tan personales e incomunicables que sólo son accesibles en su plenitud a quien las siente, lo que justifica su función de centro de la vida personal, sin que se puedan comunicar a otras personas más que como propuestas que esperan obtener una respuesta análoga, pero que resulta imposible comprobar si es idéntica o no.
La Religión es una de las formas de la intuición y todo lo que se sabe sobre el Arte es aplicable a la Religión. La Religión es también una comunicación de sentimientos o intuiciones, en un grado más determinado que el Arte. El profeta es esencialmente un artista.
El religioso experimenta sentimientos de sacralidad, de pureza o intuye la realidad del espacio interior, con sus exigencias y sus derechos. Por eso, la verdad religiosa puede convertirse en el centro de la vida personal, quedando la razón limitada a as funciones periféricas.
Esta concepción de las funciones de la intuición y la razón, por integrarlas, es una visión filosófica.
Pero hay una función filosófica que es la crítica, que incluso puede definirla, que es aplicable a todas las formas del conocimiento humano. Se entiende por crítica el discernimiento o separación entre la verdad y el error, la bondad y la maldad, lo formal y lo informe. Puede y debe someterse a crítica verdad de la Ciencia, que es incluso una forma del conocimiento que la requiere por definición, y pueden y deben someterse a crítica, no en sí, sino en sus relaciones con otras verdades, el Arte y la Religión.
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