Filosofía mística - Kim Pérez

viernes, noviembre 28, 2008

Yo en Vos y Vos en mí



Leo lo que me faltaba del espléndido libro de Antonio Márquez sobre "Los Alumbrados" y me encuentro un alegato contra la religión de la experiencia, la Mística, a la que acusa de propiciar el inmovilismo emocional del éxtasis.

Pero esta acusación procede de un conocimiento superficial de la Mística, quizá sesgado por el largo estudio sobre los alumbrados.

La Mística carmelita piensa que el fin de la experiencia no es el éxtasis, sino la lucidez en la que se ve la Unidad en la multiplicidad y la multiplicidad en la Unidad. El éxtasis o arrebato no se da sino en un grado intermedio y quizá, en el fondo, enojoso, como otros fenómenos que acompañan a la experiencia, porque distraen de ella.

Llegado a la gran explanada final de su recorrido, el místico puede ver, hablar, actuar, trabajar como cualquier otra persona, sólo que ve habitualmente la Unidad en todos los seres y a todos los seres en la Unidad. Habrá conseguido estabilizar y hacer habitual lo que para las personas no ejercitadas es excepcional, el sentimiento oceánico, y más.