Filosofía mística - Kim Pérez

sábado, octubre 07, 2006

La subjetividad

Hasta ahora he hablado de la necesidad de que toda la realidad, todo el mundo, tenga sentido y tenga unidad, puesto que mi pensamiento requiere el sentido y requiere la unidad.

¿Pero cuál es esa unidad de toda la realidad, en qué puede consistir para que sea evidente de toda evidencia?

Hay una evidencia en el hecho de que todo lo que pienso se unifica en mi conciencia, porque aparece dentro de ella; hay por eso una unidad subjetiva indiscutible.

Esta realidad tiene otra dimensión: la concepción de que lo que lo unifica todo es lo divino puede aceptar que Dios no es un objeto como otro cualquiera, porque eso lo degradaría, sino que existe en el sujeto que piensa, en mí encuentra su lugar.

Esto también es indiscutible: Dios no se hallará nunca entre lo objetivo, se ve o no se ve en lo subjetivo.

Hay un problema en que nuestra subjetividad aparece limitada. Nuestro cuerpo la ha formado, ella no ha formado nuestro cuerpo, del que ni siquiera sabe cómo funciona.

Pero algunas experiencias, las místicas, o las estéticas, o las pasionalmente amantes, no algunas teorías, prueban que nuestra subjetividad se abre a lo infinito, lo que es indiscutible para quien subjetivamente lo ha vivido.

Después de la subjetividad en estado de conciencia normal hay un umbral y de él se pasa repentina e involuntariamente a otro estado de conciencia, que a veces viene acompañado de un coro de fenómenos paranormales que confirman la objetividad de este hecho subjetivo. Allí se encuentra entonces lo que lo unifica todo, pasado, presente y futuro, interno y externo, mío, tuyo y suyo.