Filosofía mística - Kim Pérez

domingo, diciembre 30, 2007

Los sufíes

Después de ver un documental sobre los ceremoniosos derviches turcos y sobre la espléndida, acelerada, jubilosa y rompedora música sufí del Pakistán y la India, en mezquitas adornadas como ferias, en donde entran musulmanes, hindúes o cristianos sin que cuenten sus diferencias.


El amor es el que busca el Absoluto, la Perfección.

Todos los amantes lo saben.

Conceptualmnte, el Absoluto sólo puede ser uno y la Perfección también, porque en eso estaría el Absoluto y la Perfección.

Por tanto, una vez que se encuentren se habrá encontrado la unidad o la coherencia y el sentido de la existencia humana.

Como, por lógica, la vida debe tener unidad y sentido, para no romperse ni disgregarse, el Absoluto y la Perfección deben existir y debe ser posible para el hombre encontrarlos.

Ésta es toda la Filosofía del Amor, que nace de la razón como controladora pero sobre todo de la Intuición, que es el manantial mayor del conocimiento humano.

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sábado, diciembre 22, 2007

La razón de Berkeley



Berkeley tenía razón. Todo lo que sé, lo sé a través de mi mente, por lo que es imposible asegurar racionalmente que hay algo fuera de ella. Quienes hayan visto “Matrix” saben de lo que estoy hablando.

En este punto, hay que señalar lógicamente dos posibilidades: o hay una realidad exterior –pero que no se puede conocer en sí, sino por medio del filtro de la mente (Kant) o no existe tal realidad exterior.

Según la primera hipótesis, que es la más fácil de imaginar por ser la más afín a nuestra tradición cultural, aunque la mente subjetiva no puede salir de sí misma, puede hacer un acto de fe en la ex – istencia (exterior) de realidades ob – jetivas (puestas enfrente), de cuyo contacto nacen los estímulos que activan nuestra mente. Vida, contactos, amor, odio, serían los esfuerzos de nuestra mente para superar su aislamiento frente a las realidades externas, que se acercarían a nosotros de mil maneras pero sin que supiéramos por qué, y por qué nos llegan determinados condicionamientos materiales y no otros.

Éstos son los puntos flacos de esta hipótesis, que no ofrece argumentos para entender por qué existiría una subjetividad y una objetividad incomunicables entre sí, aunque unidas por una mutua necesidad angustiosa por quedar irremediablemente frustrada, y por qué se establecen unos contactos y no otros entre cada subjetividad y lo que le es objetividad. Constata hechos pero no los explica y menos esta dualidad irreconciliable, este encierro de cada cual en sí mismo.

Según la segunda hipótesis, hay que deducir que todo lo que percibo nace y llega desde el interior de la propia mente. Sería única, aunque aparentemente dividida en millones de mentes parciales y sus dimensiones serían cósmicas, separadas, eso sí, entre lo que sé o consciente, y lo que no sé pero puedo saber o inconsciente.

Desde éste arrancarían continuamente imaginaciones, unidas entre sí lógicamente, que irían formando un mundo. Unas serían sobrecogedoras, otras conmovedoras, pero de todas habría que distanciarse emotivamente. Sigo aquí las recomendaciones que hace al alma desencarnada el “Libro Tibetano de los Muertos”.

Esta segunda concepción tiene ventajas para una persona que está envejeciendo y alejándose de las posibilidades de la vida, como soy yo, y también se está quedando progresivamente aislada. En vez de sumirme en la angustia, me permite una visión solipsista ancha, tranquila y no exenta de curiosidad por lo que pueda ir apareciendo, pero relativamente a salvo del dolor por el distanciamiento, y en espera de lo que está más allá del dolor y del gozo, de lo que entre nosotros se llama gloria: la ruptura de todas las determinaciones.

Pero afortunadamente creo que hay una alternativa, una concepción más coherente. La visión precedente parte de mi subjetividad particular o consciencia como centro de la Subjetividad Absoluta, pero es bastante improbable que lo sea; al renunciar a esta pretensión, aparece otro centro, todavía inconsciente para mí, al que llamo el Novelista, y que es el que le da lógica al Argumento de cuanto se va produciendo y el único que lo conoce en su integridad: de él dimanan las distintas subjetividades particulares, dotadas a su vez de entidad sustancial o persistente y de libertad subjetiva que va dando forma y reformando continuamente el Argumento, único autor que puede formar personajes así; yo por tanto seré uno de los personajes del Novelista y en mis amores por otros personajes se transparentará la nostalgia por la única mente que nos fundamenta a todos.

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jueves, diciembre 20, 2007

Descubrimientos filosóficos





Voy a intentar desarrollar esta parte de mi filosofía como consideración de descubrimientos, no como un comentario de descubrimientos anteriores.

No he descubierto la relación entre las matemáticas condicionantes y la materia condicionada, aunque comprenderla me haya impresionado por sus consecuencias. Tengo que limitarme a comentarla, como descubrimiento muy anterior a mí y esperar como máximo descubrir alguna consecuencia nueva.

En cambio, lo que sigue tengo la impresión de haberlo descubierto por mí misma, de que es un dato nuevo que aporto a la reflexión universal. Puede ser que alguien lo haya visto antes que yo y haya tomado conciencia de ello como yo, pero no he leído nunca una descripción de lo mismo.

Lo más singular que creo haber descubierto es el hecho de que “yo sea yo”. Preciso que se sabe de mucho antes que yo soy yo en el sentido de la reflexión consciente, es decir de que yo, sujeto del pensamiento, me vea a mí, como objeto del pensamiento. Esto es grande e insólito, pero no es a lo que me refiero, sino que lo digo en el sentido de significa que mi conciencia se encuentre a sí misma viviendo en un lugar determinado o con un cuerpo concreto, o sea, que esté aquí y no en otra parte, que tenga este cuerpo y no otro.

Lo puedo representar en el hecho asombroso de que yo pueda mover delante de mis ojos una mano que es la mía. Es que lo que me asombra es verme ubicada en una situacón material concreta, en un aquí y ahora, con una serie de determinaciones tales como mi familia, la forma de mis manos, las características de la especie, incluso ser un habitante de este planeta y no de otro.

Esta relación de que yo (sujeto, pensamiento) sea yo (cuerpo) aquí y ahora (en unas coordenadas concretas espaciotemporales) es asombrosa porque mi subjetividad es el centro de mi existencia, lo más importante para mí, algo casi transcendental como experiencia por su generalidad que lo abarca todo desde el punto de vista del conocimiento, y sin embargo veo que está limitada a una corta ventana temporal, en un océano en el que yo no era o no estaba y un océano en el que no seré o no estaré. Desproporción gigantesca entre lo único que existe para mí –yo- y mi pequeñez objetiva exigua entre las inmensas circunstancias que me envuelven.

Creo que mi descubrimiento está por lo menos en la insistencia sobre este punto. Las teorías que leo sobre la subjetividad suelen ser sólo sobre su contraposición a la objetividad, pero no insisten, como yo lo hago, en que lo que me interesa no es cualquier subjetividad, sino esta subjetividad.

Que por tanto es única. Yo sé que la experiencia de ser yo como yo lo soy es única, porque sólo yo soy yo. Insisto ahora en el predicado: sólo yo soy este yo, sólo yo estoy aquí, soy éste, soy esta subjetividad a la que le pasan cosas que sólo tienen que ver conmigo.

De cualquier otra subjetividad sólo puedo hablar por analogía. Supongo que cada cual experimenta en sí mismo una realidad análoga a la mía, pero distinta, puesto que él será él, no yo. Sólo yo soy yo significa también que otro no es yo, no está aquí y ahora, el tiempo que yo esté.

Ya puesto a observar esta condición de que yo sea yo, descubro que tiene propiedades insólitas. La mayor es que sólo yo puedo observarme por dentro. Nadie más tiene acceso a lo que veo en mí, ni yo puedo entrar a lo que supongo que ve otra persona Por eso, creo que ésta debe llamarse Subjetividad Absoluta.

Es incomunicable. Como nadie puede entrar en mí, en mi verdadera intimidad, no hay acceso objetivo a mí, y sin embargo soy una parte de la realidad, grande para mí y sin duda importante, puesto que es una visión o imagen única de toda la realidad. Tenemos instrumentos para ver el macrocosmos y el microcosmos, todo lo objetivo, pero no tenemos instrumentos para ver la realidad interior (con medios electrónicos sólo tenemos acceso a ver los signos físicos del contenido de nuestros pensamientos, pero no a nuestros pensamientos mismos, no mas que una sonrisa los puede indicar por fuera)

Pero tampoco podemos expresar más que una parte de nuestros pensamientos sobre nosotros mismos y no sin dificultades. El hecho de que frecuentemente no encontremos palabras para expresarlos es significativo.

Entonces, parte de mi descubrimiento consiste en que la Subjetividad Absoluta está encerrada en sí misma; el yo pensamiento está encerrado en sus condiciones materiales. El dolor físico extremo, el miedo, son experiencias en que querriamos escapar de nosotros mismos y nos vemos atrapados en este complejo yo-condición y yo-materia.

Nos sorprende ver entonces la fuerza de este encerramiento. No deja de resultar misteriosa la relación determinante entre yo como pensamiento y mis circunstancias, como si yo hubiese llegado para concretarme en una posición que no he podido decidir. De pronto, me he encontrado estando aquí y no en otro lugar, siendo éste y no otro, determinándose máximamente, espaciotemporalmente, mi capacidad de pensamiento abstracto y no particularizado.

Tengo que decir también que puede ser que esta manera de pensar sea la que me ha hecho transexual; o que puede que mi transexualidad sea lo que me haga hecho insistir en esta manera de pensar; no es exclusiva de las personas transexuales: también pueden llegar a ella las mujeres feas y los enfermos crónicos; todos quienes se sientan estupefactos al descubrir que ellos son ellos, es decir, que su mente consciente se encuentra determinada por unas condiciones materiales pasmosas en su fuerza

viernes, diciembre 14, 2007

Ateísmo frente a logicismo





El interés subjetivo que puede tener el ateísmo es la voluntad de emancipar al hombre de toda dependencia; dejar su libre albedrío como soberano para todas sus decisiones, no obligado moralmente por nada. Toda la cultura del humanismo moderno está centrada en este propósito.

Pero esto es sencillamente erróneo; el universo está regido objetivamente por la Lógica y el hombre depende de la Lógica y está obligado moralmente a actuar con lógica.

Hay algo por tanto que está por encima y antes de nosotros y que no podemos negar sin poner en peligro incluso nuestras vidas.

El sueño del ateísmo de desafiar a todo poder, se deshace ante la evidencia de un poder que nos hace y que manda soberanamente sobre nosotros. La soberbia deja paso a la admiración.

jueves, diciembre 06, 2007

Ley racional o natural



Lo mismo que las relaciones matemáticas constituyen el modelo perfecto de las relaciones cuantitativas de la materia, las relaciones de la Justicia constituyen el modelo de las relaciones de los seres libres.

Una vez establecido el concepto de Justicia como "suum cuique tribuere" o "dar a cada uno lo suyo", es muy notable ver que de él se deducen formas particulares de la Justicia, como

-la Justicia hacia Dios
-la Justicia hacia otros hombres
-la Justicia hacia sí mismo
-la Justicia hacia animales y plantas
-la Justicia hacia la Naturaleza

En todos los casos, se trata de "dar a cada uno lo suyo".

Todos sabemos que la actitud interior por la que se puede hacer esta Justicia voluntariamente es la de respeto. La Justicia es la necesidad objetiva y el respeto la respuesta subjetiva y libre.

Creo que así se despliega, en deducciones sucesivas, toda la Ley racional o natural que está por encima de toda ley positiva humana, lo que sabemos todos intuitivamente cuando hablamos de leyes injustas y entró hermosamente en nuestra conciencia colectiva desde la "Antígona" de Sófocles.

Ley racional de las sociedades y también ley moral para cada persona. Es también notable la facilidad con que se pueden traducir los términos de la Ley del Dios de Moisés a los de esta Ley racional. En la Biblia, el nombre para quien hace lo que debe es el de "justo"

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lunes, diciembre 03, 2007

Justicia exacta y justicia aproximada




Al intentar llevar a la práctica estos principios, deduciendo de ellos otros teoremas, el primer terreno en que los veo aplicables es el de la Justicia.

Todos intuimos lo justo y lo injusto. Si queremos definirlo, puede que usemos la formulación clásica, del Derecho Romano: "Dar a cada uno lo suyo" ("suum cuique tribuere") se puede observar:

a) La definición se formula simple y exacta.

b) Materialmente, para la justicia de los hombres es imposible llegar a esa exactitud. Tenemos que contentarnos con actos aproximadamente justos.

d) Sin embargo, la definición exacta tira de la justicia humana, la atrae para que sea lo más perfecta posible.

En mis explicaciones de clase, usaba el ejemplo de las notas. Los alumnos esperan que el profesor sea justo y que le dé a cada uno lo suyo. Sin embargo, éste encuentra infinitas dificultades para poner notas exactamente justas. ¿Medio punto más o menos? ¿Se debe calificar objetivamente, lo escrito, u objetiva-subjetivamente, teniendo en cuenta las circunstancias de cada alumno? ¿Las preguntas son las justas; no deberían ser otras?

Al final, el profesor puede poner sólo una nota que considere aproximada. Ésta es la justicia humana.

Pero el alumno, movido por el concepto exacto de Justicia, puede reclamar. Y el profesor, consciente de las limitaciones de nuestra justicia, debe revisar su nota. Y quizás encuentre razones para cambiarla o para mantenerla, en su imprecisión.

domingo, diciembre 02, 2007

Fe matemática



Pitágoras descubrió las bases matemáticas de la música y empezó a sacar las consecuencias.

Platón puso en el dintel de la Academia la inscripción "No entre aquí quien no sepa Geometría".

Entiendo que se refería al conocimiento de la distancia entre las ideas exactas y la materia que es inexacta pero tiende a ellas como su perfección.

Galileo y Newton confirmaron los fundamentos matemáticos de las relaciones materiales.

Así se configura una visión del mundo en que lo pensable encuadra y gobierna la materia. Esta prevalencia de lo espiritual sobre lo material da un sitio lógico a la fe en Dios y en las realidades espirituales independientes de la materia.