Filosofía mística - Kim Pérez

viernes, diciembre 08, 2006

¿Y si los animales ven a Dios?



(Acabo de poner esta entrada en el foro http://eltestigofiel.org )


Ver a Dios me parece que es sentir una luz o luminosidad que lo llena todo, una alegría que te arrebata el corazón.

No es cuestión de palabras, ni de nombres, ni de oraciones, ni de teologías, es sólo un sentimiento, un brillo interior lleno de pureza y de paz.

Los animales deben de percibirlo todos, como lo más natural del mundo. En el misterio de su mente simple, elemental, debe de ser la base de lo que perciben y sienten. Tan natural y básico, que sea su día a día, y ni siquiera necesiten expresarlo ni comunicarlo como algo extraordinario, unos con otros. No es cultura, es sentimiento, porque los animales sienten. Éste debe de ser el sentido de sus vidas, que tienen que tener sentido, como todas.

Los animales no pecan; quizás lo que sienten, el fondo de todo lo que perciben, mientras comen, mientras se quedan parados mirando, cuando están tristes y cansados o cuando tienen miedo o se devoran unos a otros, sea esta tranquila belleza.

Por eso puede ser que vivan interiormente en el Paraíso Terrenal, en el fondo, en el que todos los sufrimientos queden subsumidos.

Puede ser parecido, pero más profundo, a lo que nosotros sentimos cuando de pronto una música nos organiza la realidad; lo que estaba descompuesto, fragmentado y triste, sin sentido, de pronto se transforma porque adquiere un sentido o una emoción gozosa. No hay nada nuevo, nada más que la música. Todo está igual, pero transformado dentro de nosotros y bellísimo.

Pero si nosotros notamos la diferencia es porque somos pecadores y por eso podemos olvidarnos de que hay una música, y hasta empeñarnos en crear un mundo lleno de razonamientos, pero silencioso, pero los animales deben de oirla permanentemente.

Por eso son más sabios los hombres primitivos, cuando les piden perdón a los animales antes de matarlos para comer. Nadie puede saber si lo que acabo de pensar es verdad, porque nadie puede entrar en la mente de otra persona y menos en la de un animal; pero el razonamiento sirve para suponer lo que debe de existir dentro de cada cual.