Filosofía mística - Kim Pérez

sábado, octubre 20, 2007

Aforismos del sujeto




Yo me veo por dentro; todo lo demás, lo veo por fuera.

Por tanto, la realidad se divide en dos partes desproporcionadas: el sujeto y el objeto.

Incluso mi mano, mi pecho, mi vientre, son una parte del objeto, no forman parte de mí como sujeto.

Yo soy quien mira; el resto es lo que miro.

Yo me intuyo; no me deduzco.

Para saber que yo soy yo, hay que verse por dentro, aquí y ahora.

No todos los humanos han llegado a la constatación sorprendente de que yo soy yo.

Yo digo la palabra “yo” en sentido distinto a como tú puedes decirla, pues designo esta realidad única.

Supongo, pero sólo puedo suponer que cuando tú dices “yo” te refieres a una realidad que te resulta tan única como la mía.

Nadie tiene acceso directo a mi subjetividad, ni yo a la de nadie.

Tenemos instrumentos para acceder al macrocosmos y al microcosmos, pero no al introcosmos.

Ni siquiera puedo comunicar fuera todo lo que hay en mí; la mayor parte de lo que sé es indecible.

Por no poder comunicarse del todo, la pregunta más acuciante de los amantes, es: “¿Me quieres?”

Estoy encerrado en mi subjetividad, como lo compruebo cuando en el dolor intenso no consigo salir de mí.

En el hecho de que cada sujeto es único, interior e inaccesible se funda el derecho de la libertad humana y la necesidad de respeto por parte de los demás sujetos.

La ingeniería social es la negación de la realidad de lo subjetivo; por eso, fracasará siempre.

Puede ser que haya una dimensión en la que yo pueda decir yo en un sentido más grande que cuando lo digo ahora; entonces puede ser que vea por dentro toda la realidad, pero sabiendo siempre que soy yo.