Filosofía mística - Kim Pérez

miércoles, octubre 31, 2007

En la práctica



He escrito la entrada anterior al motivarme por la película "El gran silencio", sobre la vida en la Gran Cartuja.

El sentimiento que infunde es el de un silencio sólido y tranquilo, conseguido por la renuncia a lo que puede llamarse una vida normal. Es cierto que sólo la experiencia del silencio durante el tiempo que dura la película, agudiza los sentidos y la percepción a todo lo que despreciamos en nuestra agitación, y te levantas oyendo el roce de tus zapatillas en el suelo o percibiendo el espacio del pasillo de una forma a la que no quisieras renunciar.

Se siente que es necesario que haya unos hombres dedicados a pensar en lo más alto que puede pensar un hombre y que es el más alto ejemplo que pueden dar a los que preferimos atarearnos con nuestras mil minucias.

He pensado que si yo me hubiera decidido a seguir ese silencio (pero me siento incapaz, aunque la vejez me da empujones), necesitaría recordar siempre por qué lo hacía y para eso me sería necesario un papelito con unas pocas anotaciones.

Es lo que he intentado hacer en esa entrada. El convencimiento de la unidad de toda la realidad, bajo una realidad superior que es Dios; y el de que el sentido de la vida humana, como vida de pensamiento, es llegar a ver esa unidad en la que todas las dicotomías se resuelven (incluso las de soledad y compañía, silencio y comunicación)