Filosofía mística - Kim Pérez

jueves, septiembre 27, 2007

Desde el principio




Me encuentro arrojado a un mundo en el que no dispongo de poder de decisión sobre las condiciones más generales de mi estancia en él, que no dependen de mí. Ni el momento de mi nacimiento, ni el de mi muerte -a menos que decida dármela a mí misma-, ni mi salud o enfermedad, ni siquiera el dominio sobre mis veinticuatro horas de cada día, puesto que por ocho de ellas tengo que entregarme indefensa al sueño y a los pavores que puedo encontrar en la oscuridad.

Veo sin embargo que, en este mundo, otros hombres que presumo que son como yo, cavan acequias o transforman de otras mil formas la naturaleza, por lo que me cabe esperar que, a lo mejor, aumentando mi ciencia, llegue a conseguir dominio sobre lo que ahora escapa de mis manos y que incluso pueda suprimir la muerte y el olvido que la acompaña como una ola de negrura.

Muchos hombres hablan de Dios en este mundo como lo primero en lo que hay que pensar, pero no me lo parece. Lo primero es estudiar bien las condiciones de este mundo en el que nos hallamos, para intentar dominarlas. Hay en él suficientes ocasiones de dolor, soy tan consciente de ellas y las temo tanto, que sé que lo puedo comparar con un túnel negro, en el que, comprobado que puedo moverme, mi primer empeño ha de ser salir. Lo mismo que quien se encontrara en él intentaría lo primero palpar las paredes, yo también tengo que encontrar los límites de este mundo o, mejor, las paredes que lo limitan. Ahora mismo, no sé siquiera hacia dónde ir, pero he encontrado uno de esos límites.

Es sutil. Hay cosas que puedo hacer físicamente y sin embargo no debo hacer moralmente. Puedo sentarme, por ejemplo, en medio del túnel y dejar pasar el tiempo, esperando que la iluminación llegue sola, lo que, llevado a sus últimas consecuencias, veo que equivale a matarse.

Si puedo hacer algo, pero no debo, es porque hay un bien y un mal para mí, un adelante y un alto semafóricos que puedo desobedecer, pero que no debo. Es la ley de la razón, la que manda sobre mí de esta manera y puedo, pero no debo desobedecerla, porque es lo razonable.

Esto me da un indicio sobre mi status en este mundo: tengo que obedecer a algo y soy dependiente de algo que me pone por encima de todo lo demás. La razón me dice por dónde los límites físicos son franqueables. Pero para hacer eso, tengo que reconocer su soberanía. Ésta es la Constitución más secreta de este mundo en el que estoy. Está bien obedecer a la razón; está mal desobedecerla. Empiezo a entender a los que hablan de Dios, si llaman Dios a lo que empieza en esta ley invisible, que se puede desobedecer, pero que no es razonable hacerlo, que está presente en este mundo pero sólo se ve por el pensamiento, una evidencia de segundo orden, distinta de la sensible.

lunes, septiembre 24, 2007

Otra vez la misma meditación

Estos textos pueden citarse o copiarse mencionando el nombre de la autora, según la licencia de Creative Commons. Mi dirección es
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Las Matemáticas son las reglas de las relaciones numéricas.

Pitágoras descubrió que las Matemáticas no están sólo en la mente humana, sino que organizan las relaciones de la realidad material.

Por tanto, unas reglas prevalecen sobre la materia. Ésta es la única esperanza de inmortalidad que podemos justificar racionalmente para la mente humana.

La acción de las Matemáticas sobre la materia es tendencial, no tiene valores exactos. Ésta es la verdad que halló Platón.

La Lógica es el conjunto de las reglas de las relaciones numéricas y no numéricas. Por tanto, la Lógica organiza la materia y prevalece sobre ella.

Ni las Matemáticas, ni la Lógica se refieren directamente a realidades, sino a relaciones entre realidades. Sin embargo, su existencia es una realidad.

La inteligencia humana comprende las realidades en su unicidad o individualidad por la intuición y las relaciones entre ellas por el razonamiento, que es el descubrimiento de esas relaciones y la constatación de su sentido o coherencia...

Se habla de una Lógica anterior a la materia, de una unidad de la realidad en su coherencia, de un sentido hacia el Absoluto, pero no se habla de Dios.

Lo que estoy diciendo se resuelve en la admiración de la evidencia de la Lógica.

Es patente, innegable, está ahí, constituye el principio del camino de la sabiduría. Habla de una función extraña de la Lógica como realidad atractora de todo lo material.

Depara realmente una esperanza para la hora de la muerte. ¡Algo es distinto de la materia y puede con ella!

domingo, septiembre 23, 2007

Absoluto y relativo



Está clara la atracción que siente el hombre por el absoluto y la perfección. Esto es el bien para él, como ser relativo al absoluto y la perfección. Pero el mismo absoluto, por ser lo que lo une todo, hasta los contrarios,no es el bien en sí, sino el bien para nosotros, porque está más allá del bien y del mal. Pero por eso, intentamos acercarnos más a ello y el ansia y el tirón de lo perfecto cubren toda nuestra vida, desde la música al sexo y la ambición.

En esta necesidad, la moral es el camino derecho hacia ello; pero hace falta unirla con la ternura, para que no resulte seca. También se va por el lado del mal, pero a base de terribles y angustiosas experiencias: la vergüenza, la resaca, el mono, los arrepentimientos.

Intento ser moral dulcemente y sensitivamente. Si no lo consigo, me queda la locura de la música, la literatura, la belleza.

martes, septiembre 18, 2007

Presupuestos: unidad y sentido de la realidad





Antes de empezar a razonar, llamaré la atención sobre el hecho de que razonar supone la confianza en la unidad y el sentido de la realidad.

La realidad es múltiple, pero ha de ser una porque, de no serlo, el razonamiento no podría llegar a su propia unidad, que es lo que intenta continuamente, como esfuerzo de síntesis.

Y la realidad ha de tener sentido, o dirección lógica, para que el trabajo de razonar lo tenga, porque todo trabajo es una administración de recursos escasos, y si la realidad no tuviera sentido, el trabajo de pensar sobre ella no lo tendría.

La unidad de la realidad no puede ser ella misma un ente diferenciado, sino una cualidad operativa de toda la realidad, que sigue siendo una frente a la multiplicación de su multiplicidad, y su sentido para nosotros, como sujetos del conocimiento, ha de estar en que lleguemos al conocimiento de esta unidad que ahora no conocemos (entonces, el dolor, que es una parte de la realidad, tendrá sentido para nosotros)

La unidad o relación de todas las cosas en todos sus elementos puede llamarse divina en el sentido de que está por encima de todas las oposiciones, incluyéndolas, por lo que se puede decir que es sublime, paradójica y gloriosa. Está por encima y más allá de los misterios del gozo y los misterios del dolor. No es la suma de todas las cosas, representable matemáticamente por el módulo 1+1=2, sino que es lo que hay en el uno, en el más, en el igual y en el dos. Está por encima del tiempo y su división en pasado, presente y futuro y por tanto es eterna. Une al ser y al no ser (entendido como conjunto vacío) Por ser la unidad, no es accesible al razonamiento, que es distinción o discernimiento, sino a la intuición, entre los medios del conocimiento. Mirando la multiplicidad, se puede decir qe todo está permanentemente en la unidad, por lo que viendo la dinámica de los cambios, se puede decir inexactamente que todo viene de ella y vuelve a ella, que es el alfa y la omega, o mejor, que todo lo que cambia es desde ella y hacia ella.

domingo, septiembre 16, 2007

Unidad en el Sujeto




Hay una forma de unidad de la realidad que es la unidad del sujeto. Todo lo que hablo, todo lo que pienso, todo lo que veo está unido en el hecho de que yo lo veo. El conocimiento está en mí, incluso si llego a ello por diálogo entre sujetos. Lo que se sabe lo sabe un sujeto, cada uno de nosotros unifica el conocimiento de la realidad en sí mismo.

Esto es verdaderamente irrefutable. El Obispo Berkeley tenía razón en esto, aunque no supo sacar todas las consecuencias, que no son un subjetivismo extremo.

Es posible ir más lejos si se piensa en lo que es el sujeto o qué es lo que dice yo cuando digo yo.

Son conocimientos empíricos los que nos lo dicen. Freud descubrió que, junto a lo que sé de mí, está en mí lo que no sé de mí, aunque puedo averiguarlo por métodos indirectos.

Ésta idea dio pie a Jung para descubrir que ese inconsciente tiene una dimensión colectiva. La pregunta es inmediata: ¿cuando digo yo, es la humanidad la que lo dice, aunque sea inconscientemente?

O dicho con otras palabras: ¿existe un plano de la palabra yo en la que tomo conciencia de mí como sujeto personal y otro en el que el sujeto es toda la humanidad, que resulta inconsciente para el primero?

Otros conocimientos empíricos, los de los místicos, como Teresa de Jesús, descubren que, llegando más hondo, esta escala de sujetos está hueca en su fondo, dejando lugar a algo que se puede llamar él, aunque, por encontrarse dentro de mí, también está n mi subjetividad.

Entonces es el Sujeto absoluto, el que unifica toda la realidad objetiva en su conocimiento.

¿Cómo se puede justificar que un sujeto contenga y sostenga a todo el objeto?

No con la física materialista del siglo XIX, según la cual es la materia la que contiene y sostiene el pensamiento.

Pero la física relativista y cuántica del siglo XX, con la reducción de la materia a la energía realizada por la primera (y explosionada con la bomba atómica) y la fusión entre el observador y lo observado requerida por la segunda, más la experiencia de los programas creadores de semirrealidades virtuales, comienzan a hacer imaginable que haya una forma de pensamiento que contenga y sostenga la materia.

Esto es todavía una hipótesis, pero debe ser explorada.




lunes, septiembre 03, 2007

Nueva formulación de las Siete Proposiciones sobre Filosofía





SIETE PROPOSICIONES SOBRE FILOSOFÍA



Por Kim Pérez


1. Toda la Filosofía no es históricamente más que el intento de aplicación del método axiomático de las Matemáticas al conjunto del conocimiento.

Nota. Desde Pitágoras y Platón. Hasta ahora, este intento ha fracasado en líneas generales, porque los axiomas que se han usado han sido imprecisos y por tanto incorrectos. Véase la crítica radical y burlona a la totalidad de la Filosofía realizada por Matthew Stewart en "La verdad sobre Todo".

2. Cualquier intento nuevo de fundar la Filosofía axiomática debe usar la existencia de las Matemáticas como axioma. No las Matemáticas, sino la Existencia de las Matemáticas.

Nota. Las Matemáticas se definen como la lógica de lo numérico o medible o cuantificable. Lo existente se define como la percepción del entendimiento o sujeto del entendimiento más el objeto del entendimiento.

3. La cuantificación de lo existente genera la Física matemática (Teorías del espaciotiempo, de la materiaenergía, Música, Astronomía, etc), cuya existencia prueba al entendimiento que las Matemáticas organizan la materia y son anteriores al entendimiento, que sin embargo se ajusta a ellas.

Nota. La organizan de modo pensable y luego es efectivamente pensada. Esta primacía de lo lógico y lo matemático sobre lo material puede ser entendida como la mente geométrica de Dios.

4. La relación de la materia con las Matemáticas es tendencial, no actual. Las formas matemáticas y exactas son un atractor para las formas fisicas, que sin embargo no llegan a su exactitud.

Nota. Los astros tienen formas esferoidales, no esféricas, y las abejas hacen panales hexagonoidales, no hexagónicos. No es posible dibujar físicamente un cuadrado. No sé si el margen de irregularidad de las formas físicas se puede interpretar por la idea cuántica de una nube probabilística, que sin embargo se ajuste exactamente al Cálculo de Probabilidades.

5. De la existencia de una relación de las Matemáticas con lo existente cuantificable, se deduce la existencia de una relación de la Lógica en general con lo existente en general.

6. La Lógica requiere que el conocimiento llegue a ver la unidad de lo existente como sujeto del conocimiento y lo existente como objeto del conocimiento, como sentido de toda la realidad y de su conocimiento.

Nota. Esto es lo enunciado por Plotino en su Teoría del Uno.

7. Una vez organizada lógicamente la materia, el pensamiento humano aparece sometido a una serie de estructuras, físicas (espacio-tiempo), biológicas (cerebralización), incluso históricas (infraestructura-superestructura), de las que puede parcialmente liberarse mediante la intuición.


COMENTARIOS


Por el método axiomático, hasta ahora, poco más se sabe decir filosóficamente. El resto son comentarios.

Pero voy a exponer algunos.

Uno. Parto de lo existente, lo que “está ahí” o hay. Lo existente se muestra, no se demuestra. Es el punto de partida del pensamiento. La existencia es un postulado del pensamiento que no se demuestra sino que se experimenta y se historía. Esta postura se diferencia del momento en que Descartes dice “ergo”, pues la existencia no se deduce lógicamente del pensamiento.




Dos. La noción de que hay o existe una razón objetiva como fondo de la realidad, supone deductivamente la unidad de esa razón porque, si hubiera más de una lógica, una y otra serían mutuamente incoherentes o incompatibles.

Tres. La noción de que la razón da forma u organiza la materia tendencialmente, pero sólo tendencialmente, le da a ésta un sentido, que es acercarse lo más posible a la racionalidad y afirma a la vez que todo lo material tiene ese sentido, nada hay que sea sinsentido, y por lo tanto, lo que nos hace subjetivamente sufrir, tiene sentido objetivo y hasta la muerte tiene sentido, no sólo objetivo, la muerte como mecanismo biológico, sino también subjetivo, para el que va a morir.

Cuatro. El ser humano presenta la particularidad de no sólo estar constituido fisicamente de manera tendencialmente racional, como todos los seres materiales, sino de poder concebir esa razón pura, matemática, y también ver que todo tiende a ella.

Cinco. Incluso las relaciones humanas tienden a la racionalidad y tienen más sentido cuanto más se acercan a ella, y menos cuanto más se alejan. Esto lo expresa la noción de Justicia, que se puede comprender que en abstracto es “dar a cada uno lo suyo”, idea que atrae a la consciencia humana hacia la justicia perfecta, aunque a la vez sepamos que la justicia práctica siempre podrá acercarse pero nunca alcanzar la Justicia abstracta.

Seis. De la razón como idea eterna objetiva se pasa, antropomórficamente, a la noción de inteligencia subjetiva que ve esa razón eterna, y de la unidad necesaria de la razón se pasa a la unidad de la inteligencia. Estas nociones, más o menos bien articuladas, han sido referidas filosóficamente a O Zeós, El Dios, Un Dios. La noción de que la razón gobierna la realidad material, en el sentido de que la organiza y la atrae hacia sí, ha sido denominada teológicamente Providencia.

Siete. Cuando se ha concebido la razón como fondo y atractor de toda la realidad, es imposible dejar de pensar en ella ni prescindir de ella. Incluso la filosofía materialista tiene que confesarla al pretender explicar racionalmente la realidad material.

Ocho. La razón configura el modelo al que tienden las realidades y las relaciones. Entre éstas, la Justicia perfecta atrae constantemente a todos los humanos, especialmente a los que sufren las injusticias, que protestan o se alzan si tienen los medios para hacerlo. Esta reflexión tan simple explica el Movimiento Obrero sin necesidad del análisis marxista. Pero el carácter sólo tendencial de la racionalidad de lo real, explica también los fracasos parciales y que no sea nunca posible del todo la Utopia.

Nueve. Sin embargo, la experiencia muestra que el análisis estructural de la sociedad y el cambio social (infraestructura/superestructura) es verdadero, en lo más fundamental. Esta verdad se inserta en la teoría expuesta en el punto en que se expone la relación del objeto del conocimiento con el sujeto del conocimiento.